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Ser presidente de los Estados Unidos de América es todo un reto. Hay que tomar decisiones difíciles, y más con dos guerras en marcha y una economía que necesita estímulos de inmediato. Al asumir el cargo, Stephen Blades estaba preparado para esto y más. Lo que no esperaba era encontrarse como «herencia recibida» con un marrón de dimensiones siderales: un ente extraterrestre amenaza a la Tierra desde el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. ¿Cómo gestionar semejante crisis desde la política?

Este es el punto de partida de ‘La Carta 44‘ (Norma Editorial), un cómic de Oni Press escrito por Charles Soule (guionista estrella, no se pierde una últimamente) y el madrileño Alberto Jiménez Alburquerque. En su primer volumen, ‘Velocidad de escape‘, se sientan las bases de lo que podría ser una excelente serie en la que política y ciencia ficción se entrecruzan con la mayor naturalidad.

La acción se desarrolla en dos lugares muy distantes. En la Tierra, Stephen Blades deberá lidiar con las consecuencias políticas del, de momento, secreto mejor guardado de la administración estadounidense. El enemigo no solo está allí arriba: el anterior presidente y algunos altos cargos maniobran para seguir controlando el Proyecto Monolito, el dispositivo militar preparado para dar la «bienvenida» a los visitantes. La conspiración entorno a la Casa Blanca alcanzará extremos dramáticos, y Blades hará valer su autoridad con hábiles maniobras políticas. En el espacio, los nueve (¿seguro que son nueve?) astronautas enviados hasta el extraño objeto que acecha la Tierra no solo se las tendrán que ver con una extraña forma de vida alienígena, sino con sus propios miedos, inseguridades y desconfianzas.

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Este doble plano de ciencia ficción e intriga política hace de ‘La Carta 44’ un tebeo muy entretenido; los saltos entre ambos escenarios y la cantidad de situaciones diferentes que plantean los seis capítulos recogidos en este volumen lo convierten en una lectura con ‘velocidad de escape’, como dice su título. Hay multitud de elementos que recuerdan a producciones cinematográficas y televisivas (cada uno encontrará los suyos; en nuestro caso, varias escenas nos han recordado poderosamente a ‘Expediente X‘). Esto, en lugar de restarle originalidad, lo convierte en una obra de amplio espectro, capaz de interesar a públicos muy diferentes.

Parece que Charles Soule gasta aquí más neuronas y tinta que en la reciente ‘Hulka‘. Si allí trabajó con Javier Pulido, aquí repite con un español, Alberto Jiménez Alburquerque. El dibujante madrileño realiza un buen trabajo, en el que sobresalen los diseños (naves, trajes, aliens…) que se saca de la manga para llevar a imágenes el guión de Soule.

A falta de ver cómo evoluciona la serie, este primer tomo de ‘La Carta 44’ engancha y hace desear que Norma no tarde mucho en publicar el siguiente número en España.